La buena y pía dama caminaba desenfadada por la calle, pero mientras caminaba de repente soltaba ruidos de trompetilla afónica por la parte del cuerpo en donde la espalda se hace laberinto.
¡Pttrrrr… ptrrrrr!
En eso repara que la viene siguiendo un tipo indigente con un pedazo de tortilla dura.
La señora se asusta y trata de gritarle para que se aleje…
-¡Vete de aquí… largo… no traigo dinero!
El indigente le dice…
-No… si no quiero dinero, usté sígale… en dos cuadras ¡ya me reventé dos tacos de chicharrón y uno de tripita!… ¡sígale por favor!
—
Bien dicen aquellos que comer comienza por la nariz… ¡Bien cargados los tacos del buen hombre!
Iban a bautizar al niño aquel, los padres se acercan y acercan al niño al padrecito quien toma de la pila de agua bendita un poco de líquido.
Cuando pregunta…
-¿Qué nombre llevará este cristiano?
-Se llamara Espiridión…
El padre duda un poco, y bueno…
-¿Están seguros?
La joven madre dice…
-Es que así se llamaba mi padre…+
-Bueno, pero qué culpa tiene el niño…
-Es que dice mi papá que si le pongo su nombre le va a heredar el rancho y las camionetas…
-¡Ah carbón!… no bueno, Espiri se llamará…
-No padre, Espiridión…
-¡No sean zonzos!… primero que les entregue las escrituras y las facturas… ¡no se vaya a rajar!
-¿Y no pensará que nos burlamos de él?
-¿Burlarse de él?… ¡Burlas las que va a tener que soportar este chamaco!
—