Cuando se empantana el tema con los diputados, Samuel vuelve a mirar en derredor y no encuentra alguien a quien los legisladores le crean.
El tesorero dice que no hay dinero para pagar a los alcaldes lo que se les debe… por lo pronto mil 700 millones.
Samuel jura que ahora sí… que le aprueben el endeudamiento y que nomás reciba el dinero, deposita a los alcaldes los fondos.
No le creen… y no tienen porqué creerle, porque los engañó una y otra vez.
La cosa es que si quiere que don Javier Navarro Velasco sea su interlocutor con los diputados, ¡nada!… la cosa se pone peor.
Hace tiempo lo señalamos… a Samuel le urgía un interlocutor válido.
Ahora no solamente le urge… ¡Es urgentísimo!… no va a recibir el dinero que necesita y su gobierno simplemente no va a caminar.
Si de veras no hay dinero, algo tiene que hacer… ya nadie le compra futuros al gobernador.
¿Le creerán a otro interlocutor?
¿Conseguirá a alguien que pueda convencer a los diputados?
O consigue dinero o consigue un mediador válido.
El tiempo apremia.