No quiero pecar de optimista, pero hay dos asuntos que me hacen creer que de veras, Claudia Sheinbaum en algún momento se va a quitar de encima la sombra de López.
Uno: Que paró en seco su intentona de nombrar a un nuevo fiscal, cuando envió al lacayo Pablo Gómez, de la UIF, una solicitud para investigar a varios de sus candidatos a tomar el cargo.
¡Nada!
Ya dijo Sheinbaum que Gertz Manero se queda, aunque digo… tampoco es que me agrade ese tipo inepto y vengativo, pero se trata de una muestra de autoridad de la doctora.
Dos: Rechazó las recomendaciones de López para la SEDENA y la Marina; una vez más, tampoco es que me gusten mucho los perfiles, pero exceden por mucho el de Chencho, actual titular de la SEDENA, abyecto hasta la ignominia.
Algunos amigos entrañables, quienes hora militan en MORENA, me insisten en que Sheinbaum es institucional y que va a respetar al Presidente hasta el último día, pero tomada la banda en sus manos y terciada al pecho, veremos a una mandataria que usará el Poder para legitimarse.
Quiero creer que ello es posible…
Ello no borra mi certeza de que Sheinbaum llega montada en un monstruoso fraude electoral, orquestado en contubernio con las dirigencias del PRI y del PAN.
Pero al menos, me hace creer que con todo y Reforma Judicial, con todo y la desaparición de organismos autónomos, Claudia buscará moverse mejor en el ámbito de la política internacional y el respeto a los derechos ciudadanos.
Es muy poco, en realidad para lo que esperábamos, pero diría mi añorada y bienamada madre…
Peores nalgas tiene un sapo… ¡y se sienta!