¿De veras vamos a tener un Mundial el año que viene?
Una ciudad con el aire envenenado, que no va a remediarse mañana ni pasado; una ciudad a la que la FIFA pudiera prohibirle tener actividades al aire libre gracias a los resultados de monitoreo ambiental.
Nadie duda que la FIFA es corrupta… lo demuestran sus ex funcionarios procesados por el FBI.
Pero tampoco quiere la FIFA otro escándalo como el drama de un jugador que cae infartado en pleno juego.
No lo van a permitir…
Una ciudad que nada en aguas negras, justo a unos cuantos kilómetros, no más de dos, del estadio mundialista, calles anegadas por las coladeras del drenaje incapaces de cumplir su función por el colapso en el alcantarillado.
¿Así estaba Qatar?… ¿Así estaba Francia?… ¿Sudáfrica?
No, Monterrey no está ni estará listo para el 2026.
La verdad, a mi no me llena de orgullo ser la sede del Mundial… me llena de vergüenza las condiciones de la metrópoli.
Ya estaría Juan Ignacio Barragán en plena tarea de restablecer el sistema o crear uno nuevo…
Ya estaría Alfonso Martínez sentado con los capitales de las grandes empresas megacontaminantes, para lograr que reduzcan actividades a la mitad de aquí al mundial.
Ya estarían…
Pero están muy ocupados en la planeación del Año de Hidalgo.
